Uno de los Peores Casos de Corrupción y Abuso Policial
Proyección Ciutat Morta
Presentación y tertulia con Rodrigo Lanza
Centro Cívico Delicias (Av. Navarra 54)
Cada año se documentan entre 700 a 800 casos de tortura policial. Son
muchos, demasiados, más si se tiene en cuenta que en estos casos no se
incluyen los correspondientes a actuaciones contra el terrorismo, al
objeto de evitar las coartadas con que se arropan muchas veces.
Es
evidente que la tortura y los abusos de la autoridad no son nunca
defendibles, máxime cuando se evidencian razones de venganza combinadas
con racismo y rabia visceral. Este es el caso que denuncia la película
Ciutat Morta. Es probable que ya lo conozcas: Según relató por radio el
Alcalde de Barcelona: en el desalojo de un edificio ocupado, uno de los
policías, que iba sin casco, quedó en coma por el impacto de una maceta.
De modo inmediato tres jóvenes, de origen sudamericano, son detenidos a
pie de calle y gravemente torturados y privados de libertad durante 2
años, a la espera de un juicio en el que poco importaba quién había
hecho qué. Si la rabia y ansias de venganza indiscriminada y racismo
fueron las razones para la detención de los tres peatones cuando la
maceta vino de una azotea, qué sucias razones pueden explicar la
detención horas después de dos jóvenes -Patricia y Alfredo- que ni
siquiera estaban presentes en el lugar de los hechos: fueron detenidos
en un hospital cercano y hallados sospechosos por su forma de vestir.
Ciutat Morta nos da las claves.
La condena a tres años en un
juicio farsa arrastra a Patricia, estudiante de Literatura y poeta de
gran sensibilidad, al suicidio. Aquí, como tantas otras veces, todo tipo
de autoridades desde el alcalde a los policías acomodaron sus
declaraciones para poder justificar la condena y defender lo que llaman
el sistema. Pero la farsa del juicio con pruebas amañadas y testigos
falsos quedó al desnudo cuando años después los mismos dos policías que
protagonizaron ambas historias de falsas denuncias son condenados a dos
años de cárcel tras comprobar el juez, un juez justo, que las
acusaciones de traficante con que pretendían justificar las torturas a
un joven detenido por ellos eran pruebas manipuladas por los policías.
Esta vez no sabían que el joven era hijo de un diplomático.
Estamos
habituados, lamentablemente, a la impunidad policial que no corresponde
a actuaciones aisladas sino que refleja un estatus que se ha mantenido
desde la dictadura hasta hoy con el apoyo injustificable y sin acciones
correctoras desde el poder. Y ahora la Ley Mordaza amplia los márgenes
para este tipo de actuaciones y pretende, atemorizándonos, acallar el
ejercicio de nuestros derechos.
En defensa de estos derechos y
como denuncia del marco represivo con que se nos amenaza, 15M Delicias
en colaboración con Derechos Civiles 15M Zaragoza ha organizado un
debate con la proyección previa del documental, varias veces premiado,
Ciutat Morta.
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